martes, 11 de agosto de 2009

Día 7. Sto. Domingo Bailón (1/agosto/2009 - sábado)

Nos hemos levantado con ganas, como siempre, ha llegado el limón a buscarnos y hemos ido a Managua ciudad, el viaje ha sido una aventura; las calles cortadas, por supuesto, sin previo aviso. Pero si entrabas en la calle cortada 2 cuadras más lejos si que podías acceder a dicha calle. Luego hemos saltado un arcén enorme y un 180 por la cara, delante de la policía, pero estaban a lo suyo.

Es la fiesta grande de Managua, Santo Domingo de Guzmán, la gente se echa a la calle y va en procesión como unos 20 Km. siguiendo al Santo todo a ritmo de baile y de Toña hasta el Santo que le llevaban unos ‘costaleros’ y se iban parando a cada momento a bailar con la imagen, la cual era muy pequeña y con flores de palo alrededor. Pero antes, habían pasado por delante miles de chuzos. Nosotros, los más chulos, en un bar con terraza, viéndolo todo bien protegidos para que Mª la muy fresa no se achante con tanto Nica pedal. Había hombres y mujeres con ropas típicas y destacaba que algunos como penitencia llevaban todo el cuerpo cubierto de grasa.


Otros iban con Vacamucas, que es como un aro con cuernos, también gigantonas, caciques, y los travestis (sí, en una fiesta religiosa) aprovechan el día para exhibirse. Todo bailado a ritmo de música Nica en directo, y, por supuesto, se compraba y vendía de todo.


Ha sido una experiencia alucinan, además, no había ni un solo guiri, todos Nicas y nosotros. ‘One dollar’ nos decían los niños, creyendo que éramos gringos. Mª un poco de miedo a veces, pero poco.


Luego, ya acabada la fiesta, la ciudad parecía otra tan vacía y tan sucia. Nos hemos ido con el limón al volcán Masaya. En dos palabras im presionante. Enorme y aún activo. Las vistas no se pueden explicar. Que hablen las fotos (aunque no sea lo mismo):







Hemos subido a una cruz que puso un cura español, que creía que el volcán era el infierno y hacía sacrificios humanos en él. Luego a otro volcán, ya inactivo, más pequeño, desde el cual se veía la laguna de Managua, la de Masaya y, al fondo, la de Managua.

A la vuelta hemos hecho la compra y, al devolver el Limón, el hijue puta Nica nos ha timado. Cenita en casa, maduros, plátanos en una nueva variedad, ¡aquí plátano hasta en la sopa!, ensalada de aguacate y pollo. Pronto en la cama, como siempre agotados. Dale pues.

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